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Puede ser que ya hayas olvidado cuántas veces has escuchado que, de todas las comidas, el desayuno es la más importante del día porque es la que le brinda tu cuerpo el impulso de energía inicial. Y si esto es lo que significa el desayuno para un adulto, ahora trata de imaginar la relevancia que tiene para tu bebé que está en desarrollo.
En la etapa de la primera infancia, cualquier encuentro con la comida, además de ser necesariamente nutritivo, se convierte en una experiencia que involucra todos los sentidos del bebé, por lo tanto, es algo que ayuda al desarrollo de tu hijo desde múltiples aspectos.
Este artículo te trae, precisamente, algunas ideas para que prepares desayunos deliciosos y saludables, así como recomendaciones para que la primera comida del día que le brindes a tu bebé lo llene de energía, mientras le ayude a fortalecer su desarrollo.
Es aproximadamente a los seis meses de edad cuando en el plan de alimentación de un niño se empiezan a incluir otro de tipo de alimentos diferentes a la leche materna; el bebé empieza a comer ciertos alimentos sólidos, frutas y comida con sal. Un desayuno ideal para tu bebé de seis meses a 1 año podría incluir:
Poco a poco podrás agregar otros alimentos a la dieta de tu bebé como yogur, queso, pan blando, entre otros.
A medida que tu hijo va creciendo, las exigencias nutricionales aumentan y, con ello, las porciones recomendadas. Una vez el bebé ha alcanzado su primer año de vida, puedes intentar nuevas opciones de desayuno.
En esta etapa de la vida tu hijo empezará a fortalecer su vínculo con la alimentación, por eso es importante que poco a poco lo ayudes a ser consciente de la importancia de esta relación de la que dependerán en gran medida su salud y bienestar. Es igualmente importante que no lo obligues a comer alimentos que no quiere; en lugar de eso, busca sustitutos con los que puedas reemplazar lo que no le gusta, esto evitará posibles traumas futuros.
Si bien puedes continuar utilizando algunas de las ideas de desayuno que aplicabas cuando tu hijo estaba más pequeño, es importante que lentamente vayas aumentando las porciones con base en las necesidades del bebé y que incluyas otros sabores.
Independientemente de la edad, el desayuno de tu bebé necesitará incluir un aporte considerable de grasas saludable y proteínas; lácteos como la leche entera, una porción de queso y yogur sin azúcares añadidos, son ideales para esto. Las frutas y las verduras, por otro lado, también son infaltables, pues aportan azúcares naturales, vitaminas, minerales, fibra y agua.
Los carbohidratos y las proteínas también son fundamentales. En el primer caso, tanto los cereales como la avena, son ideales; también puedes usar productos derivados del maíz o del trigo, en este caso, procura que sea trigo integral. Respecto a la proteína, se recomienda iniciar con huevo y lentamente incluir carnes magras como el pollo en porciones pequeñas.
Otro elemento relevante que no puede faltar en el desayuno de tu hijo, e idealmente de ninguna persona, no tiene que ver con los alimentos, sino con el tiempo: es necesario que el niño, a través del ejemplo de sus padres o cuidadores, aprenda a darle a la comida el espacio y tiempo que necesita en su vida, de ello también depende que los nutrientes se absorban apropiadamente en el organismo.
Hablarle a tu hijo sobre la importancia de la comida en su vida le ayudará a establecer una relación saludable con lo que come. En algún punto también será valioso que consultes con el pediatra de tu bebé el tipo de alimentación que le estás dando para que él te ayude a planear la dieta ideal para tu hijo.
Disclaimer
La información contenida en este blog es revisada por médicos especialistas con la finalidad de brindar un
soporte únicamente informativo. Te aconsejamos consultar con tu médico profesional de confianza en caso de
presentar cualquier síntoma o querer iniciar o suspender algún tratamiento acorde a las condiciones médicas. Los
tópicos contemplados en este contenido no se destinan a tratamientos o diagnósticos. Recomendamos nunca
automedicarse y no nos hacemos responsables por la manera en como utilice esta información.
Lo ideal es que tu hijo no consuma leche entera antes de su primer año de vida; una vez pasada esta barrera consulta con el pediatra si tu hijo está listo para añadir este alimento en su dieta.
Para los niños son muy importantes los colores, las texturas, los olores y, por supuesto, los sabores. Trata de combinar estos elementos en tus preparaciones siguiendo una guía de ingredientes que se ajusten a la edad y plan de alimentación idóneo para tu bebé.
Será necesario que consultes con el pediatra las cantidades nutricionales apropiadas para tu bebé, en las diferentes etapas de su desarrollo. Esto te ayudará a cuidar la salud de tu pequeño y evitará problemas por sobrepeso o deficiencia de peso.