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La vagina hace parte del aparato sexual reproductor femenino, es un conducto muscular forrado de membranas que producen mucosidad y es la responsable de conectar el útero (matriz) y el cuello del útero con la parte exterior corporal. Al nacer, los bebés atraviesan precisamente el conducto vaginal, cuya abertura externa está ubicada entre el ano y la uretra (canal que transporta la orina).
Normalmente, la vagina no duele, sin embargo, en algunos casos y frente a la presencia de ciertas afecciones podría llegar a doler. En este artículo exploraremos, justamente, las posibles causas del dolor en la vagina.
La vaginitis es consistente con la inflamación de la vagina, entre sus síntomas se encuentran picazón, secreciones anormales, ardor y dolor. La causa más común de esta afección es una reducción en la cuenta de estrógenos, por eso su aparición es más común en las mujeres que han pasado la menopausia. La vaginitis también podría ser producida por cuenta de una infección que genera cambios en el equilibrio bacteriano vaginal.
Existen tres formas de vaginitis:
Ocurre cuando hay exceso de las bacterias naturales de la vagina, como causa de la proliferación se altera el equilibrio del pH vaginal.
En la vagina habitan naturalmente hongos y bacterias, uno de ellos es el conocido como Candida albicans; cuando, por alguna razón, este hongo prolifera más de la cuenta, o hay una reducción en el nivel de bacterias que lo controlan, se produce este tipo de vaginitis.
Esta es considerada una infección de transmisión sexual, por lo que puede contraerse cuando hay coito vaginal sin protección; la causa el parasito Tricomonas vaginalis.
Esta clase de vaginitis puede llegar a ser consecuencia del uso de productos para la limpieza vaginal como jabones y champús, papel higiénico, toallas y tampones, cuando no se cambian con regularidad, o incluso el detergente con el que lavas tu ropa interior podría ser el causante de vaginitis no infecciosa. Para determinar el tipo de vaginitis que tienes necesitas visitar a tu médico ginecólogo, quien te recomendará el tratamiento más adecuado para tu afección.
• Ardor, irritación y/o picazón en la vagina.
• Dolor anormal durante la práctica de relaciones sexuales.
• Dolor o ardor al orinar.
• Sangrado vaginal cuando no se tiene el periodo menstrual.
• Cambios en el flujo vaginal: cantidad, olor y color irregulares. El color de la secreción puede ayudarte a identificar cuál clase de vaginitis estás sufriendo, por ejemplo, en el caso de la vaginosis bacteriana, el flujo se torna de color blanco o grisáceo y el olor es fuerte y desagradable. Cuando se trata de candidiasis, la secreción vaginal es de color blanco y tiene una consistencia espesa. Y finalmente, durante la tricomoniasis el color de la secreción es entre amarillo y verdosa y puede llegar a ser es espumosa.
La medicina todavía no logra establecer la causa de esta afección que genera una sensación de dolor crónico en la parte externa de la vagina. No obstante, se cree que este padecimiento podría ser causado por lesiones en los nervios que rodean la vagina, por infecciones previas, por la predisposición genética a sufrir alergias, por cambios hormonales o por problemas en el suelo pélvico.
La vulvodinia puede llegar a durar alrededor de tres meses, tiempo durante el cual causa dolor, ardor e irritación, tan fuertes que permanecer sentada y tener relaciones coitales resulta extremadamente doloroso. Si no se trata a tiempo, esta enfermedad puede extenderse durante años.
Recuerda que la vagina no debería dolerte por ninguna razón, esto significa que si estás experimentando dolor en tu zona genital deberías acudir a tu médico en búsqueda de asesoría profesional.
• Irritación y/o ardor.
• Sensación de estar quemada.
• Comezón.
• Hinchazón como consecuencia de rascarse.
• Dolor durante la relación sexual.
• Sensación de palpitación.
• Fuerte dolor interno que puede ser ocasional (solo cuando se toca la zona afectada) o permanente.
Si presentas alguno de estos síntomas, visita a tu proveedor médico o solicita una consulta ginecológica, evita automedicarte o elegir por tu cuenta el tratamiento comprando medicamentos de venta libre.
La evaluación médica es importante para descartar afecciones de mayor gravedad o, incluso, seguir el tratamiento médico recomendado por el especialista no solo ayuda a controlar el problema, sino que podría evitar que la afección que padeces escale en un trastorno mayor.
La Vulvodinia es un padecimiento que afecta la calidad de vida de las pacientes que la padecen, no solo por el intenso dolor y la irritación, también porque tiene impacto directo sobre el deseo sexual y, además, puede llegar a causar dificultades emocionales como insomnio, depresión y ansiedad.
• La higiene vaginal es quizás una de las maneras más efectivas para prevenir las infecciones que causan dolor, procura usar jabones con pH neutro que no alteren la microbiota de tu vagina.
• Evita el uso de baños públicos.
• Durante el periodo menstrual cambia tu toalla higiénica y tampón con frecuencia.
• Lava tus manos y las de tu pareja antes de la relación sexual; si van a usar juguetes sexuales, asegúrate de desinfectarlos previamente usando un jabón con pH neutral.
• Procura no tener muchas parejas sexuales y usa siempre preservativo.
• Después de orinar, seca tu vagina desde la parte adelante hacia la de atrás para evitar transferencia de bacterias fecales.
• Procura no hacerte lavados vaginales que puedan alterar la microbiota de la vagina. La ducha diaria es suficiente para asegurar la limpieza de tu zona íntima.
• Visita a tu proveedor médico regularmente para practicarte la citología. Este examen evalúa la salud de tu vagina y de todo tu aparato reproductor.
Dependiendo de la causa del dolor, tu proveedor médico prescribirá el tratamiento para ayudar a curar tu afección, no obstante, es regular el uso de medicamentos opiáceos para controlar el dolor, así como ungüentos y cremas de uso interno y/o externo.
Que no te dé vergüenza hablar de tu vagina, conversar al respecto sobre lo que resulta a normal es el primer paso para detectar irregularidades. El siguiente es buscar el consejo de los especialistas.
Disclaimer
La información contenida en este blog es revisada por médicos especialistas con la finalidad de brindar un
soporte únicamente informativo. Te aconsejamos consultar con tu médico profesional de confianza en caso de
presentar cualquier síntoma o querer iniciar o suspender algún tratamiento acorde a las condiciones médicas. Los
tópicos contemplados en este contenido no se destinan a tratamientos o diagnósticos. Recomendamos nunca
automedicarse y no nos hacemos responsables por la manera en como utilice esta información.
Debido a la presión del feto sobre los órganos internos, especialmente después del tercer mes de gestación, es normal que la madre gestante sienta dolores en su vagina. Aunque no es necesario consultar, pues el dolor no representa riesgo para le bebe o la madre, conversar con su médico sobre este dolor le ayudará a descartar posibles afecciones.
Sentir dolor vaginal es síntoma de que algo no está bien en tu zona íntima, pero esto no significa necesariamente que te hayas contagiado de alguna enfermedad de transmisión sexual. Para conocer la naturaleza de tu dolor, consulta cuanto antes con tu médico de confianza.
La sensación de dolor en la vagina no se considera una emergencia médica, sin embargo, ante la aparición de esta molestia debes consultar con tu proveedor de salud lo más pronto posible para conocer la causa del dolor y tratarla con prontitud, esto, además, ayudará a prevenir afecciones que sí pueden ser consideradas graves.