Orzuelos en los ojos : ¿qué son y síntomas?

Los orzuelos, también conocidos como "chalaziones" cuando son más grandes o más persistentes, son pequeñas protuberancias muy dolorosas que se desarrollan en los párpados. Estas protuberancias son el resultado de una infección en las glándulas sebáceas de los folículos pilosos en la base de las pestañas. Aunque los orzuelos suelen ser inofensivos y desaparecen por sí solos, pueden ser incómodos y causar molestias temporales en el ojo.
Síntomas de un orzuelo
- Hinchazón y enrojecimiento: un orzuelo suele comenzar como una protuberancia roja e hinchada en el borde del párpado. El área que rodea la zona afectada puede volverse muy sensible al tacto.
- Sensación de ardor o picazón: la presencia de un orzuelo puede ir acompañada de sensaciones de ardor o picazón en el ojo afectado, lo cual lleva a la persona a rascarse con persistencia.
- Dolor al parpadear: el acto de parpadear puede volverse muy incómodo y doloroso cuando hay un orzuelo presente.
- Sensibilidad a la luz: algunas personas pueden experimentar sensibilidad a la luz (fotofobia) debido al orzuelo.
- Secreción de pus: a medida que el orzuelo se desarrolla, puede haber una secreción de pus en la base de las pestañas.
- Formación de una cabeza amarilla: con el tiempo, el orzuelo puede formar una cabeza amarilla en el centro, esto indica la acumulación de pus.
- Sensación de cuerpo extraño: la persona afectada puede sentir la presencia de algo en el ojo, como si tuviera un objeto extraño.
- Lagrimeo: los ojos pueden lagrimear más de lo normal debido a la irritación.
Es importante evitar apretar o exprimir un orzuelo, ya que esto puede empeorar la situación y propagar la infección. Si experimentas síntomas persistentes o si el orzuelo no mejora en unos pocos días, es recomendable buscar atención médica para recibir el tratamiento adecuado. Además, la higiene ocular adecuada, como lavarse las manos antes de tocar los ojos y evitar frotarse los ojos con las manos sucias, puede ayudar a prevenir la formación de orzuelos.
Causas comunes de los orzuelos
Los orzuelos en los ojos son generalmente causados por una infección bacteriana en las glándulas sebáceas ubicadas en la base de las pestañas. Estas glándulas, conocidas como glándulas de Meibomio, producen aceites que ayudan a lubricar el ojo. Cuando las glándulas se bloquean debido a la acumulación de aceite, células muertas de la piel o bacterias, puede desarrollarse un orzuelo.
- Infección bacteriana: la mayoría de los orzuelos son causados por una infección bacteriana, comúnmente por la bacteria Staphylococcus aureus.
- Bloqueo de las glándulas sebáceas: el bloqueo de las glándulas sebáceas en la base de las pestañas impide el flujo normal de las secreciones oleosas, lo que puede llevar a la formación de un orzuelo.
- Condiciones de la piel: las personas que tienen ciertas condiciones cutáneas, como la blefaritis (inflamación del borde del párpado) o el acné rosáceo, pueden ser más propensas a desarrollar orzuelos.
- Frotarse los ojos con las manos sucias: la introducción de bacterias a los ojos al frotarse con las manos sucias o la exposición a la contaminación puede aumentar el riesgo de infecciones y, por lo tanto, la posibilidad de desarrollar un orzuelo.
- Debilidad del sistema inmunológico: un sistema inmunológico debilitado puede hacer que el cuerpo sea más susceptible a infecciones, incluidas las infecciones en las glándulas sebáceas.
- Estrés: el estrés y la fatiga pueden debilitar el sistema inmunológico, lo que puede aumentar la probabilidad de desarrollar infecciones y padecer orzuelos.
Es importante destacar que los orzuelos no suelen ser contagiosos de una persona a otra, sin embargo, la bacteria involucrada en la formación del orzuelo puede transmitirse por contacto directo, por lo que la buena higiene personal, como lavarse las manos regularmente y evitar tocarse los ojos con las manos sucias, puede ayudar a prevenir su desarrollo.
Tratamiento y prevención
El tratamiento y la prevención de los orzuelos en los ojos suelen implicar medidas simples de cuidado personal, por ejemplo:
- El uso de compresas calientes: aplicar compresas calientes sobre el orzuelo varias veces al día puede ayudar a aliviar la hinchazón y facilitar la ruptura del orzuelo.
- Evitar exprimir: aunque puede ser muy tentador exprimir un orzuelo, esto puede empeorar la infección y aumentar el riesgo de propagación.
- Limpieza cuidadosa: mantener una buena higiene ocular y evitar frotarse los ojos puede ayudar a prevenir la recurrencia de los orzuelos.
- Uso de antibióticos tópicos: en algunos casos, un médico puede recetar ungüentos o gotas antibióticas para tratar la infección. Es importante que sea el profesional de la salud quien recete el medicamento correspondiente y que, en todo caso, el paciente evite automedicarse; un medicamento mal administrado puede causar complicaciones graves.
- Evitar el maquillaje: durante el tratamiento, es recomendable evitar el uso de maquillaje en los ojos para prevenir la irritación adicional.
- No compartir cosméticos: no compartir maquillaje ni utensilios de maquillaje, ya que esto puede transmitir bacterias.
- Lentes de contacto: si usas lentes de contacto, asegúrate de seguir las recomendaciones de limpieza y reemplazo. Además, lávate bien las manos antes de manipular los lentes.
- Alimentación saludable: mantener una dieta equilibrada y rica en vitaminas y minerales puede fortalecer el sistema inmunológico, y un sistema inmunológico fuerte es esencial para proteger al cuerpo contra virus y bacterias.
- Evitar el estrés: el estrés puede afectar el sistema inmunológico, debilitándolo, por esta razón practicar técnicas de manejo del estrés puede ser beneficioso.
- Visita al médico: si el orzuelo no mejora con el tratamiento en el hogar y los síntomas persisten o empeoran, es recomendable consultar a un médico para recibir evaluación y tratamiento adecuado, que puede incluir medicamentos recetados en algunos casos.
Aunque los orzuelos son molestos, por lo general no causan daño a largo plazo y tienden a desaparecer por sí solos. Sin embargo, es importante prestar atención a cualquier cambio significativo en los síntomas o la frecuencia de los orzuelos, y buscar asesoramiento médico si es necesario.
En general, la prevención y el manejo adecuado son fundamentales para reducir el riesgo de desarrollar orzuelos y aliviar los síntomas cuando ocurren. La buena higiene personal y el cuidado de los ojos son prácticas esenciales para mantener la salud ocular.